Cáritas Diocesana de Granada, 28 de Septiembre de 2018
El Centro Polivalente de Mayores Santa Isabel se suma a las acciones que se realizaron en toda España con motivo del “Día Mundial del Alzheimer”.
Los mayores del centro participaron en una jornada repleta de actividades organizadas por el departamento de Psicología con el apoyo de la Asociación de terapia asistida con animales Homocanis. El programa comenzó con una charla coloquio sobre la enfermedad del Alzheimer dirigida a concienciar a los participantes sobre dicha enfermedad y aprender qué pueden hacer para prevenirla o cómo tratar a cualquier compañero que pueda sufrirla.
María del Mar Rodríguez Villegas, Psicóloga del Centro Polivalente de Mayores Santa Isabel, y promotora de ésta iniciativa incide en la importancia de la estimulación cognitiva para evitar o ralentizar el avance de la enfermedad. “El objetivo de la jornada no es tanto que los mayores conozcan los síntomas de la enfermedad, si no a crear conciencia de lo que cada uno puede hacer para prevenirla”. “Por otro lado – añade – en nuestro centro convivimos diariamente con personas que padecen la enfermedad y por ello he querido incidir en la importancia de tratarlas con mucho cariño y paciencia”.
Seguidamente “las olimpiadas de la memoria”, centró la atención de los participantes en la realización de ejercicios de estimulación cognitiva y en su importancia como método efectivo para prevenir y retrasar el deterioro cognitivo. La programación también incluyó las habituales sesiones de terapia asistida con animales que se desarrollan semanalmente en el centro. En ellas, perros adiestrados interactúan con los mayores en sesiones de trabajo guiadas por Psicólogos clínicos, gerontólogos y técnicos adiestradores profesionales. Estimular los diferentes planos, cognitivo, físico, social y emocional, despertando recuerdos positivos, es el principal cometido de ésta actividad.
En ésta ocasión, la sesión de terapia asistida con animales, estuvo enfocada a trabajar la memoria, mediante una actividad grupal en la que los mayores tenían que recordar y hablar de sus familiares más cercanos. Por cada familiar del que hablasen, los participantes debían colocar una pinza en el peto del animal. Una de las usuarias del centro cuenta su experiencia “Me lo pasé genial recordando a mis seres queridos y me sentí muy orgullosa al hablar de mis hijos. También disfruté escuchando también las historias de mis compañeros. Además, al final, el animal quedó muy gracioso con todas las pinzas puestas alrededor”.
Para María del Mar, la valoración de la jornada es excelente, “creo que a nivel emocional, ha sido una jornada muy emotiva y diferente a las demás, en la que no han faltado lágrimas de alegría”.