Cáritas Diocesana de Granada, 5 de diciembre de 2024
Cáritas Diocesana de Granada ha celebrado su vigesimocuarto encuentro anual que ha convocado a cerca de 200 agentes de toda la Diócesis. Bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, sacerdotes, personas contratadas y voluntarias se han dado cita en este espacio para abordar los principales desafíos a los que se enfrenta la Institución y concretar iniciativas de mejora de cara a los próximos años.
La jornada, que se celebró el pasado sábado en el Centro de Estudios Superiores “La Inmaculada”, comenzó con la celebración de la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Granada, D. José María Gil Tamayo, y concelebrada por un nutrido grupo de sacerdotes, entre ellos, el delegado episcopal de Cáritas Diocesana, D. Alfonso Marín, el Vicaro de Pastoral, D. José Carlos Isla y el Vicario Territorial I, D. Francisco Manuel Sánchez. Se contó además con la participación del Coro de la Parroquia de Maracena.
Sin caridad no es posible una fe auténtica
En su homilía Mons. Gil Tamayo reconoció el valor que tiene este tipo de encuentros que sirven “para recordar que la caridad es lo que nos autentifica ante Dios y ante los demás”. Aprovechando la coincidencia con la celebración de la festividad de San Andrés, quien puso ante Jesús los cinco panes y dos peces que pidió a un niño para que Él los multiplicara, recordó a los agentes de Cáritas que también son ellos los que ponen “esos panes y esos peces que después el Señor multiplica para tanta gente necesitada”.
Aludió además a la importancia de responder siempre con libertad, porque solo desde la libertad es posible el amor. “Sin la Fe no es posible la salvación, pero sin caridad no es posible una fe auténtica. Vuestro testimonio, queridos amigos de Cáritas, no es ser anunciadores en una plaza y predicar el Evangelio, es vuestro testimonio de Caridad. No puede haber una Fe y un culto, un amor a Dios nuestro Señor, si no se muestra un amor a los demás”, aseguró. “Tenemos que tener la mirada de Jesús, que es una mirada de misericordia, mirada de la Fe hecha obras, porque el ejemplo convence”.
Mons. Gil Tamayo concluyó animando a empezar el adviento como “Peregrinos de Esperanza” y deseando que este Jubileo 2025 sea también un año jubilar para quienes forman parte de Cáritas, “que realmente esa gente que venga, encuentre una respuesta de amor, que autentifica la fe, que anima a la esperanza en Dios y que da sentido a la vida. Porque nuestro mundo necesita la esperanza. No solo tenemos que dar, tenemos que darnos, porque al darnos abrimos la luz a la esperanza”.
Construyendo la Cáritas del Siglo XXI
Ya en el salón de actos, Luisa Mª Maeso, directora de Cáritas Diocesana de Granada presentó la cita anual destacando que en esta edición, celebrada a las puertas del Jubileo 2025 “en el que estamos llamados a fortalecer nuestra fraternidad y ser signos tangibles de esperanza”, Cáritas quiere aportar su granito de arena y dar un paso más en la construcción de la Cáritas del Siglo XXI. “Un proceso de tránsito y cambio, en búsqueda de nuevos retos y oportunidades, que iniciamos en 2022 coincidiendo con nuestro 60 aniversario”. Por lo que en las sesiones de trabajo se propuso como actividad reflexionar en torno a los retos definidos el año pasado tras debatir sobre cómo gestar nuevos caminos para Cáritas. “En esta ocasión os proponemos reflexionar en torno a ellos y valorar el impacto que tienen en nuestros territorios, cuánto pesan y cómo de importantes son, para establecer prioridades y concretar en cada ámbito qué acción debemos abordar primero”, explicó.
Cercanía y caridad son realidades que confluyen
Seguidamente, el delegado episcopal de Cáritas en Granada, Alfonso Marín, animó a poner en práctica las recomendaciones de la Campaña de Navidad que ahora comienza y que nos recuerda que Navidad es también estar cerca de quien nos necesita, por lo que nos invita a compartir nuestro tiempo con los demás, escuchar, acoger y cuidar. “La cercanía es un concepto muy de Cáritas, cercanía y caridad son realidades que confluyen. Por eso para cuidar tenemos que cuidarnos; abrázate y cuídate para poder dedicar tiempo de calidad a los demás”, alentó a los asistentes.
Llamados a dar fe de la esperanza
La ponencia del encuentro corrió a cargo de Sebastián Mora Rosado, profesor en la Universidad Pontificia Comillas (donde imparte “Cristianismo y ética social”, «Ética de la Cooperación al desarrollo y la Acción humanitaria» y «Sociedad civil y Organizaciones no Gubernamentales”) y ex secretario general de Cáritas Española. Su intervención giró en torno a esperanza: “en un mundo totalmente desesperanzado, en el que la gente joven ve el futuro como una amenaza, los cristianos estamos llamados a construir, hablar y comprometernos con la esperanza”. Una esperanza que, como indica el título del Año Jubilar, no defrauda.
En su opinión, estamos viviendo un momento histórico donde la concepción humana está siendo interpelada, en el que nos sentimos amenazados y vulnerabilizados, por lo que invitó a reflexionar sobre el papel que debe de tener Caritas. “No valen los caminos antiguos, pero tampoco conocemos los nuevos. ¿Qué hacer?”. Por eso el Papa Francisco insiste en “Fratelli tutti” en repensar el sentido de nuestra existencia en este momento que él denomina “Cultura del descarte”, en la que grandes masas de población se ven excluidas y marginadas, siendo vistas como población sobrante, y en la que el ser humano se ve como producto de consumo. “En este contexto estamos llamados a dar fe de la esperanza, con modestia y humildad verdadera”. En este sentido, señaló la necesidad de construir la esperanza desde la realidad, “porque quien no comparte la desesperanza no puede compartir la esperanza”, y destacó la comunidad como base “porque las personas nos salvamos en comunidad, en comunión, solos no podemos. La esperanza cristiana es comunitaria”.